Los mamíferos, como cualquier ser vivo, gozan de adaptaciones evolutivas para poder desenvolverse mejor en un mundo que cambia constantemente.
Pese a que los mamíferos son, por definición, animales terrestres, también existen mamíferos acuáticos, como los delfines o las ballenas (cetáceos) y mamíferos de de hábitos anfibios como es el caso de la nutria, del hipopótamo, del coipú o de la foca.
La anatomía de los animales, como consecuencia de las adaptaciones que les permiten tener mayores posibilidades de sobrevivir y reproducirse, también se ha visto modificada. Por ejemplo, el largo cuello de las jirafas les permiten llegar a estos mamíferos a las altas hojas de las acacias y mimosas, su único alimento. Las grandes orejas del elefante le permiten perder mucho más el calor y constituyen una de las adaptaciones que tiene el elefante para resisitir los duros calores de la sabana africana. Por su parte, el tigre es un gran depredador y una de las adaptaciones que tiene el tigre que le posibilitan ser un buen cazador de presas como búfalos o ciervos. Indirectamente, las adaptaciones de los mamíferos también ha contribuido a la enorme diversidad de esta clase de animales llamada mamíferos y que podamos hablar no sólo de animales terrestres, también de voladores, de acuáticos o de arborícolas, por ejemplo.
Además, un conjunto de adaptaciones muy importantes en los mamíferos son las relacionadas con la reproducción, no sólo las glándulas mamarias, que, justamente, les han favorecido para vivir en el medio terrestre. Las capacidades de aprendizaje, entendido como parte muy importante para tener éxito biológico (que el individuo de la especie sobreviva hasta su reproducción) están especialmente desarrolladas en los mamíferos.Éstas se adquieren, sobre todo, durante el periodo de cría, por lo que se ve la relación que existe entre el aprendizaje y la reproducción.Sin embargo, uno de los pilares básicos del triunfo de los mamíferos como especie de éxito biológicamente hablando respecto al resto de animales vertebrados es la capacidad que han adquirido estos animales de poder mantenerse al margen de los efectos del clima, y especialmente la temperatura, sobre ellos.Independizarse del medio ambiente, que es de lo que hemos estado hablando, ha hecho posible que los mamíferos puedan vivir en lugares inhabitables para animales de sangre fría.
Pese a que los mamíferos son, por definición, animales terrestres, también existen mamíferos acuáticos, como los delfines o las ballenas (cetáceos) y mamíferos de de hábitos anfibios como es el caso de la nutria, del hipopótamo, del coipú o de la foca.
La anatomía de los animales, como consecuencia de las adaptaciones que les permiten tener mayores posibilidades de sobrevivir y reproducirse, también se ha visto modificada. Por ejemplo, el largo cuello de las jirafas les permiten llegar a estos mamíferos a las altas hojas de las acacias y mimosas, su único alimento. Las grandes orejas del elefante le permiten perder mucho más el calor y constituyen una de las adaptaciones que tiene el elefante para resisitir los duros calores de la sabana africana. Por su parte, el tigre es un gran depredador y una de las adaptaciones que tiene el tigre que le posibilitan ser un buen cazador de presas como búfalos o ciervos. Indirectamente, las adaptaciones de los mamíferos también ha contribuido a la enorme diversidad de esta clase de animales llamada mamíferos y que podamos hablar no sólo de animales terrestres, también de voladores, de acuáticos o de arborícolas, por ejemplo.
Además, un conjunto de adaptaciones muy importantes en los mamíferos son las relacionadas con la reproducción, no sólo las glándulas mamarias, que, justamente, les han favorecido para vivir en el medio terrestre. Las capacidades de aprendizaje, entendido como parte muy importante para tener éxito biológico (que el individuo de la especie sobreviva hasta su reproducción) están especialmente desarrolladas en los mamíferos.Éstas se adquieren, sobre todo, durante el periodo de cría, por lo que se ve la relación que existe entre el aprendizaje y la reproducción.Sin embargo, uno de los pilares básicos del triunfo de los mamíferos como especie de éxito biológicamente hablando respecto al resto de animales vertebrados es la capacidad que han adquirido estos animales de poder mantenerse al margen de los efectos del clima, y especialmente la temperatura, sobre ellos.Independizarse del medio ambiente, que es de lo que hemos estado hablando, ha hecho posible que los mamíferos puedan vivir en lugares inhabitables para animales de sangre fría.